Asuntos sin resolver

Ayer fue un buen día, pero pasé muy mala noche. Comí pizza y palitos de ajo fríos y vi una película de miedo sola. Me desperté en la mitad de la noche con dolor de guata, frío y miedo.

Había tenido una pesadilla en la que estaba sola con el Félix en una casa grande y tenebrosa. Habían muchos ruidos raros y yo abrazaba fuerte a mi hijo y le decía que no iba a pasar nada.

En la mañana el Félix estaba inquieto y vomitó en mi pecho, en mi cara, en la cama. Pensé que quizás al dormir encima mío el dolor se pasó de cuerpo en cuerpo. Pensé en que ojalá no esté enfermo. El frío, el miedo y el dolor de guata no se me pasan. Y siempre que me siento mal, desde mayo del año pasado, me acuerdo de estar embarazada en una cama de una clínica. Con el peor frío, el peor miedo y el peor dolor de guata que he sentido en mi vida. Y lloro.

Lloro porque me doy cuenta de que por muy bien que estemos, aún no lo supero. Aún no despierto de la pesadilla.

1 Comment

  • Ceci

    11/09/2015

    Nori, me acuerdo de lo que me dijiste ese día antes de tomar las fotos en mi casa cuando tomábamos tecito y me puse a llorar: Llora no más, llora y bota todo porque lo más probable es que todavía queda mucho de eso dentro y lo mejor es eliminar hasta que se vaya del todo, aunque eso tome tiempo. Y cuando eso pase, abraza al chiqui y dale muchos besitos, es la mejor prueba de que sólo fue una pesadilla.
    Te mando un abrazo grande.

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