Ilimitado
Félix:
Ahora estás durmiendo en nuestra cama, pero un día, hace tiempo, cuando aún no salías de la UTI, dormías en mi falda.
Yo te miraba, con ambas manos en tu cabecita. Y te amaba. Te amaba profunda y activamente. Y pensaba en que era capaz de hacer lo que fuera con tal de mantenerte sano, mantenerte feliz, mantenerte con nosotros. Que no habían límites.
En ese entonces lo máximo que podía hacer era sacarme leche cada 4 horas para llevártela y que otros te la dieran. Podía levantarme temprano para ir a verte y quedarme ahí contigo hasta que pudiera (hasta que tu hermano mayor me necesitara). Podía cambiarte el pañal y tomarte en brazos. Lavarme las manos cada 3 minutos para no pasarte ningún germen. Y cuando llegaba el momento, tenía que irme, y dejarte ahí. Confiar en que otros te cuidaran. Y te cuidaban, sí. Pero ellos no te amaban.
Hoy estás en casa. Y lo que hago, lo que hacemos por ti, no es lo máximo posible, sino que el mínimo esperado: te limpiamos, te alimentamos, te cambiamos la naricera que te da el oxígeno extra que aún necesitas, te abrazamos cuando lloras, te cantamos, te miramos dormir, te llevamos al doctor, te sacamos chanchitos. Y aún nos lavamos las manos cada 3 minutos.
Y, tal como ese día en que dormías en mi falda, te miro dormir tan pequeño en nuestra cama tan grande, y siento que es tanto más lo que haría. Y sé que es tanto más lo que haré. Amenazas de complicaciones aparecen y seguirán apareciendo a medida que crezcas. Pero Félix, te prometo que haremos lo que sea con tal de mantenerte sano, mantenerte feliz, mantenerte con nosotros. Tú has hecho tu parte (y nos sorprendiste a todos con tu fuerza), ahora nos toca a nosotros.
Llegaste muy temprano, sí, demasiado temprano a la vida. Pero te prometo que haremos lo imposible para que tu prisa no sea lo que te defina. No hay límites para lo que puedes lograr. Y si todo falla, y no queda nada más que hacer, te vamos a amar. Siempre. No hay límites para eso tampoco.
Mamá.
Rocio
19/10/2014al leer tus palabras me viene la necesidad de compartir contigo mi animo medio de angustia pero lleno de fuerza y esperanza. Supe de tu historia por gente en común que me trajo hasta aquí. A esta hora mi franquito duerme plácido y descansará por 6 hrs más. Mi niño tal como el tuyo, nació de 30 prontas semanas, luego de ver partir a su hermanito compañero. 47 días nos separaron hasta su alta, logramos dejar el oxigeno y la anemia extrema atrás, digi logramos porque sus logros , y ahora lo entiendo, son también parte de mi vida. Cada gramo subido, cada hora sin que sonara su monitor era una alegría inmensa.
Solo quiero decir que te entiendo tanto y me da mucho gusto poder decirlo a alguien que tambien me entiende a mi.
Fuerza y ánimo para aquellos momentos en que la angustia nos gana un poco.
Rocío
admin
19/10/2014<3 que emoción Rocío, muchas gracias por tu comentario. Es conmovedor encontrar gente que *realmente* entiende por lo que uno pasó.
Besos :*