Los días malos
Los días malos no son necesariamente fríos, pero cuando lo son, parecieran ser peores.
“¿Y, cómo está tu salud mental?” me preguntó hoy el doctor, y lo único que pude responderle fue que hay días y hay días.
Hay días en los que tengo mucha esperanza y en los que siento que lo que me tocó es lo que me tocó y sólo cosas buenas pueden salir, a la larga, de los que nos toca sin haberlo elegido. Hay días en los que me dejan tomar al Félix en brazos y días en los que el Leopoldo me da dos besos en la mejilla en vez de uno cuando se va al colegio en la mañana. Hay días en los que con el Cristóbal aún parecemos una pareja que se ve sólo los fines de semana, con la misma urgencia de abrazarnos y el mismo entusiasmo. Hay días, incluso, en los que encuentro que las ojeras bajo los ojos me dan un look interesante.
Y hay días como hoy.
Hoy fui al doctor que me vio durante el embarazo. En la clínica donde se suponía que iba a tener a mi hijo, en 2 meses más. Hoy fui con la guata plana y sin guagua, a hacerle todas las preguntas que me quedaban sin responder. Hoy me reencontré con esa sala de espera donde parecían haber 3 millones de embarazadas saludables, felices.
Ya me había tocado ir al servicio de urgencia de esa misma clínica, el lugar donde empezó todo esto que quizás cuándo termine, y el puro olor del detergente que usan para limpiar los pisos me había lanzado al llanto incontrolable. Ese llanto que parece arrancarse desde donde uno lo ha estado escondiendo. Pero no había vuelto a esa sala de espera donde todas esperábamos juntas. La última vez que estuve ahí fue cuando supimos que mi hijo era hijo y vimos cómo se movía y crecía dentro de mí. La última vez que estuve ahí, yo no estaba sola.
Ése, fue un día bueno.
Éste, es un día malo.
En los días malos los buenos deseos y las buenas noticias no tienen nada de buenos porque simplemente no los escucho. En un día malo miro a las embarazadas, o a las nuevas madres con sus nuevos hijos, y las odio. Porque no saben lo afortunadas que son, y si lo saben, me lo refriegan en la cara. En un día malo, toda la gente al rededor mío es gente que ciertamente nació, y creció, mientras mi hijo pequeño es pura posibilidad y ninguna certeza. En los días malos necesito más -mucho más, tanto más- chocolate del que debería comer.
En un día malo no soy capaz de encontrar mi propia fortuna y olvido a ese bebé que murió hace unas semanas en ese mismo lugar donde mi hijo vive, sólo recuerdo a esos 4 o 5 bebés que han compartido pieza con el mío y se han ido a sus casas, a sus vidas. Olvido esas madres que sufren con sus hijos infinitamente más enfermos que el mío, olvido esas madres que no pueden serlo porque no logran concebir. Olvido todas las injusticias del mundo y sólo pienso en la injusticia que hizo que me comiera algo que no debí comerme, y vuelve la rabia y la pena y la frustración y el por qué, por qué, por qué.
En un día malo todo es cables gigantes en un cuerpo pequeño, sonidos de alarma en monitores, olor a desinfectante de manos, lágrimas, camas deshechas, plata que no se tiene, familiares que están muy lejos, tiempo que se escapa y ganas que no existen. En un mal día la leche que sale de mi cuerpo (y que es lo único que me confirma que sí, soy mamá de nuevo) parece no ser suficiente, y sin embargo se acumula y se acumula en un congelador lleno donde espera cumplir su misión. En un día malo se escucha una sola canción triste, que se repite y se repite.
Hoy es un día malo, y hace tanto, pero tanto, frío.
lala
30/06/2014ánimo. el frío pasa, los días malos también.
monica Muñoz
30/06/2014vamos Nori! hay que sacar de la cabeza los días malos y fríos, transformarlos en días de sol de verano no más, están todos juntos y Félix chiquitito pero ahi dándolo todo por estar con ustedes y esa familia bacán que sabe que lo espera! hoy es un día que se va a transformar en bueno, solo porque están todos juntos y son lo mejor.
Te mando un besototeeeee y cualquier cosa que necesites acá estoy.
fan
30/06/2014sin el día malo el día bueno no se quiere ni disfruta. cuando tu hijo esté en tu casa, en la cuna que elegiste para él, con la ropa que ciertamente estarás ansiosa de vestirlo, con el olor de tu hogar, en tu guarida, sabrás que costó tanto llegar hasta ahi, que todos estos días malos y fríos van a ser solo un recuerdo amargo, y el día bueno será infinitamente mas hermoso que si todo hubiese ocurrido como esperabas ocurriera. Abraza este día malo y sientelo completo, ten el miedo y vívelo, fear is the heart of love 🙂
Pilar Brown
30/06/2014Nory mi sobrina querida de mi cotazón, tengo tanto orgullo que seas de mi familia! Tanto orgullo de la persona llena de sensibilid amor y coraje! Me emociona todo lo que escribes, de una manera tan sentida, tan real
casi palpable! Y me emociono, y lloro, y le pido al universo, que se apure!!! Que Felix salga ya de ahi! Porque tus brazos vacios, esperan poder sostener a tu hijo, cerquita del corazón! Y se , siento en el alma que asi sera! Te amo!!!
Pao
01/07/2014¡Ánimo, Ele! Te sigo desde tu fotolog, hace casi 6 años. Tú le dabas fuerzas a mi yo adolescente para pensar que un día lograría tener esa vida tan bonita. Hoy, una vez más me das fuerzas. Te mando abrazos y besos.
Flaca
02/07/2014Te envío amor y amor y más amor. Seguiré rezando por tu Félix
Fran
08/07/2014En un día malo, entiendo que nada que diga cualquier persona sirve que se transforme en un día bueno. Eso no pasa. Porque tal como dijiste, en un día malo no escuchamos, estamos metidas en una bolita que oscurece todo lo buen pensamiento y que rechaza toda buena vibra. En un día malo se pasa mal y pareciera que su único propósito es cagarnos un poco más la vida. Pero después de analizarlo un poco, durante harto tiempo, me di cuenta de que los días malos tienen que existir. Necesitamos esos días en los que no creemos en la felicidad, en el que no nos damos cuenta de que somos más afortunados que muchos otros o no nos queremos ni levantar. Necesitamos esos días porque existiendo días malos, los días buenos son aún mejores. Porque los días buenos los disfrutamos el doble, y en esos días podemos agarrar toda la energía y el valor necesario para poder aguantar muchos días malos y, en tu caso, para seguir luchando al lado de tu hijo.
Muchos cariños, espero que Félix pueda irse a casa pronto!
Mónica
12/07/2014Cuando se tiene miedo a perder, lo que sin saber como, un día empezaste amar!
Es cuando se puede escribir sin pensar, fluyen sentimientos y palabras!
El compartirlas, las hace más ligeras!
No dudes, no pierdas la Fė, ese pedacito de vida, llego al día de hoy! por qué quiere estar contigo!
Ambos se necesitan!
No te conozco, pero somos mamás, leer tus palabras que, gracias a tu bebe, tienen el mayor sentimiento de amor, dejan ver, que…esa fuerza de amor, ayudara a que pronto esta historia, sea un recuerdo olvidado!
Pronto tendrás la dicha de ver su mirada buscándote por que su mundo eres tu!
Deja que sienta los latidos de tu corazón, piel con piel!
Pronto estarán de vuelta en casa!
Cariños y fuerza!
Rocio
19/10/2014que lindos son los dias buenos no??
busca “prematuros” en youtube, todo hace sentido.