Ojo por ojo, lápiz por lápiz
Los sueños se cumplen cabros y yo les voy a decir por qué.
Cada vez que en mi casa se perdía un lápiz, me acusaban a mí de haberlo tomado. Yo lloraba y me enojaba. Pero era cierto. Siempre era cierto. Las plumas fancy de mi papá, los lápices de estudiante de diseño de mi hermano mayor, el lápiz con el que anotábamos los mensajes al lado del teléfono. Todos terminaban en alguno de mis -varios- estuches. Y no era sólo que me gustaba escribir y dibujar, me gustaba el objeto. Me gustaban los colores, los sonidos, las texturas de los lápices. Pasar la mano por detrás de una hoja que está escrita entera y sentir los relieves. Las cosquillas cuando me rayaba las palmas de las manos. Los de goma, los de madera, los con brillos, los con olores. Siempre he sentido una debilidad por los lápices.
Y ahora resulta que una librería que vende lápices muy bacanes y especializados para hacer letras, me regaló unos lápices para que yo los probara y escribiera al respecto. BOOM. Sueño cumplido. Pequeña Nori ladrona de lápices, la hicimos. No tendremos muchas cosas, pero tenemos lápices.
La Ojo x Ojo me mandó estos 4 brushpen marca Kuretake para escribir con ellos y al respecto de ellos:
De arriba pa abajo: ZIG Brushables, ZIG Clean Color Real Brush, ZIG Bimoji Fude Pen y ZIG Fudebiyori Metallic (el doradito bonito).
Ya, como en el sitio de cada uno de los lápices pueden ver con mucha claridad y detalle las especificaciones técnicas de cada lápiz, pensé que era mucho más útil que les hablara de cómo se sienten los lápices y especialmente cómo se siente escribir y dibujar letras con ellos. Algunos de los rasgos que tomé en cuenta fueron la punta, si era dura si era más dúctil, grande, chica, etc (no sean mal pensados), la opacidad del color en el papel (también conocido como si se ve o no el lápiz mina debajo de la tinta), si sangraban mucho en el papel (si mojan demasiado el papel y el borde se difumina sin control), el agarre del lápiz y el tamaño del trazo, entre otras cosas. Abajo una descripción más detallada de cada uno.
Lo mejor de estos lápices es que en un lápiz tienes dos colores, aunque en realidad es un mismo color pero en dos tonos. En el caso del que me tocó probar es un rojo más tirado hacia el rosado oscuro, muy bonito. Y por lo que he visto la gama de colores de estos lápices es preciosa. La punta es grande por lo que es muy difícil hacer el contraste entre delgado y grueso en letras más pequeñas, yo diría que sirve más para escribir en tamaño grande. Se desliza bacán por el papel y no sangra nada, escribí hasta en una servilleta (papel más absorbente ever) y no sangró. No se pasa para el reverso de la hoja, tampoco. La punta es flexible pero tampoco tanto, siendo una punta de fieltro como los Dual Brush de Lyra o Tombow, o los Sakura Koi, diría que es harto más rígida que cualquiera de esos 3, lo que sirve mucho cuando se está empezando con las letras y uno necesita que la punta sea más dura para controlarla mejor. Este lápiz no bota mucha tinta, por ende no genera mucho degradé en los trazos, los trazos tienen una opacidad bastante uniforme y también se seca rápido. Si se usa lápiz mina para bocetear y después se pasa encima el brushpen, sí se nota la mina abajo y aunque se borre queda ahí. En general me gustó harto, obvio que al usarlo la punta va cediendo y se hace más dificultoso hacer ascendentes más finos pero creo que escribiendo grande se genera un buen contraste.
La principal diferencia entre éste y los otros lápices es que no es punta de fieltro, es decir no es una pura fibra que imita la forma de un pincel sino que es un DE REAL PINCEL. La punta está hecha de muchas fibras que juntas hacen un pincel, se entiende, ¿no?. La punta es mucho más cortita que los otros también, por ende es más fácil hacer distintos tamaños, eso sí al hacer letras más grandes el contraste no es tan grande. Pero sí es posible escribir mucho más pequeñito, ajustando la presión que se hace en los descendentes para dar menor o mayor ancho a los trazos. La punta es evidentemente más flexible al ser un pincel, y puede ser más difícil de manejar si no se tiene mucha experiencia aún haciendo letras. Lo otro que lo diferencia es que la punta de pincel le agrega mucha más textura y gestualidad a los trazos, lo que se puede graduar fácilmente. Es decir, uno le puede dar mucha o poca textura al trazo según el control que se ejerza al mover el lápiz y la velocidad con la que se hace. Se desliza muy fluidamente por el papel y tampoco sangra. Tampoco se pasa para atrás de la hoja, lo que es maravilloso. Si boceteas con lápiz mina y le pasas encima el brushpen SÍ se borra la mina al pasarle goma por encima, por lo menos con este color, así que bacán.
Este lapiz también tiene una punta de fieltro más bien grande (hay distintos tamaños de este mismo modelo, y también uno que es punta de pincel real), y la punta es más bien rígida. Es el único de los 4 lápices que tiene un agarre de goma para poder tomar bien el lápiz y que no duelan los dedos, lo que siempre es bueno. En general el lápiz imita la apariencia de los pinceles tradicionales japoneses, así que es bastante obvio que su función principal debe ser la caligrafía japonesa. En el caso del alfabeto latino sirve perfecto para hacer letras, pero el contraste entre los trazos no es tan grande, y al ser una punta más bien rígida y grande queda mejor escribiendo en tamaños más generosos. La tinta es muy opaca pero sin sangrar ni mojar mucho el papel, lo que se agradece. Al presionar más fuerte el lápiz sí suelta más tinta y se logran descendentes más anchos, pero hay que presionar HARTO al ser más rígida la punta.
Lo mejor para el final. No sé qué pasa con los brillos y los metálicos pero algo tienen que hacen que mis ojos se fijen y mi mente se convierta en masita moldeable. Los amo. Y es bien difícil encontrar brushpens dorados o plateados que sean buenos y que sean realmente brillantes y opacos. El fudebiyori lo logra. (que bacán el nombre aparte, díganlo conmigo: ¡FUDEBIYORI!) La punta es ligeramente más pequeña que en los otros lápices, y es bastante más flexible que la punta de los brushables o del bimoji. La tinta es súper opaca sin sangrar ni pasarse para atrás, y aplicando presión normal en el lápiz no es mucha la tinta que suelta por lo que se seca rápido. Al apretar más, obviamente, el tamaño del trazo crece y se suelta mucha más tinta, pero aún así no se pasa para atrás, sólo curva el papel un poquito y hay que esperar unos segundos para que seque. Es lo opaco suficiente como para esconder mina abajo por si quieren bocetear con lápiz mina (suavecito eso sí po, si cargan mucho la mina no hay cómo hacer que no se vea) y después pasarlo por encima, así que no es necesario borrar. Especialmente con este lápiz me pasó que en los ascendentes como aplicaba menos presión la tinta no llegaba hasta el final de los trazos, pero me imagino que haciéndolo más lento y controlado no debería pasar eso. Y ahora que lo veo igual me gusta la textura que genera, y cómo se va difuminando el color en los ascendentes. Así que win win, por lo menos para mí.
Así que eso sería. De nuevo muchas gracias a la Ojo x Ojo por mandarme estos lápices. Si ustedes después de ver este post van a la tienda, y compran, o preguntan online o lo que sea, díganles que los cacharon acá po, sean paleteados, así me mandan más lápices y yo los puedo probar y así no se compran lápices sin cachar antes cómo son. Todos ganamos y somos felices.
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