III
3:
Se paró al baño y cuando volvió se sentó en mi cama y no en la suya. Hablamos un poco más, tomamos un poco más. De repente, se acostó. Me acosté al lado de él. Dijo que le gustaba que le hicieran cariño en los brazos. Que le daba sueño. Lo tomé como una invitación. Fuimos acercándonos de a poco y yo aún mantenía la esperanza de que la conversación, la tensión y la guata se equivocaran.
como me abrocho el sostén
te amo como me hago una cola en el pelo, sujetando con una mano las mechas, mientras con la otra le doy vuelta al colet. como corto la carne, como subo y bajo una escalera. te amo como me seco después de la ducha, con el mismo orden siempre (brazos, piernas, torso, espalda). como escribo mi nombre, como silbo en distintos tonos. te amo como ando en bicicleta, como miro a los dos lados antes de cruzar la calle.