es al revés

Hoy día pensé que lo que más hago con el Félix es convencerlo de que no haga cosas que no le convienen. Como meter la mano donde no tiene que meterla, comerse cosas raras del suelo, saltar desde alturas que aún no calcula. Y con el Leopoldo es todo lo contrario. Tengo que convencerlo de que haga cosas que sí le convienen. Como arriesgarse a probar esa comida que quizás no le apetece, que vea esa película que piensa que va a ser fome,

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