Eleonora Aldea Pardo @ 2020.
Ayer fue un buen día, pero pasé muy mala noche. Comí pizza y palitos de ajo fríos y vi una película de miedo sola. Me desperté en la mitad de la noche con dolor de guata, frío y miedo.
Había tenido una pesadilla en la que estaba sola con el Félix en una casa grande y tenebrosa. Habían muchos ruidos raros y yo abrazaba fuerte a mi hijo y le decía que no iba a pasar nada.
tengo marcas en la guata porque he estado embarazada dos veces. dos personas empezaron sus historias dentro de mi cuerpo. tengo sus nombres tatuados en mis brazos. tengo rasguños y moretones por jugar con ellos en el suelo. tengo pechugas blandas y caídas porque con ellas les di de comer.
tengo un dolor en la muñeca por sujetar una cámara pesada. tengo los dedos siempre con tinta por dibujar muchas letras.
te amo como me hago una cola en el pelo, sujetando con una mano las mechas, mientras con la otra le doy vuelta al colet. como corto la carne, como subo y bajo una escalera. te amo como me seco después de la ducha, con el mismo orden siempre (brazos, piernas, torso, espalda). como escribo mi nombre, como silbo en distintos tonos. te amo como ando en bicicleta, como miro a los dos lados antes de cruzar la calle.
Me gusta tener 31. Esta última semana he tenido dos conversaciones importantes y entretenidas al respecto.
La primera no sé si tenía tanto que ver con la edad, pero sí con el hecho de tener 31 y tener dos hijos. Cuando chica estaba todo el tiempo preocupada de cuál iba a ser esa gran cosa que iba a hacer con mi vida. Cuál iba a ser mi legado. Y me estresaba y me ponía ansiosa pensando que el tiempo pasaba y que yo aún no había hecho algo digno de ser recordado después de mi muerte.
pienso en el amor y en la gente que deja de amar, de un día para otro o lentamente, gente que amó de verdad y que de repente ya no ama más, y pienso en la gente que ama para siempre, que no puede escapar a su amor y que vive y muere amando a una persona y sólo a esa persona sin importar lo que pase sin importar lo que esa persona haga. pienso en el amor (para variar) y en el miedo tan vivo de que me deje de amar y yo seguir amándolo por siempre
Hoy día el Félix casi gateó. Ya se mantiene en cuatro apoyos y hace el amague de avanzar, pero aún no avanza con firmeza. Me emocioné tanto cuando lo vi casi-gateando que empecé a aplaudir. Lo distraje y perdió la posición.
Hace 3 días el Félix cumplió un año. Sin embargo, no parece de un año. Parece de 9 meses, que es su edad corregida. Y tampoco tanto,